Veneramos con gran cariño a
la Santísima Virgen María, y es porque es nuestra primera y gran santa y
tenemos gran necesidad de contemplarla, porque a través de ella nos acercamos
más a Jesucristo. Ella es iluminación en el camino a su Hijo, seguir los pasos de María, es llegar a
Jesucristo y a través de El al Padre.
María nos
ilumina como sus hijos, para constituir una familia feliz,
para que los niños sepan de la alegría de sus padres y entiendan la
preocupación de ellos para que sean una familia unida y necesitada del amor
mutuo. María nos enseño que siempre tiene en su corazón a su Hijo y las
cosas de su Hijo, cuando Jesús se perdió en el Templo, María le dijo: Tu padre
y yo hemos estado muy angustiados mientras te buscábamos. Para nosotros como
padres, regresar al hogar y encontrarnos con los hijos, es una gran alegría, y
damos gracia a María por su protección.
"María, Madre de la Esperanza, muéstranos a tu hijo..." Papa Francisco.
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